viernes, 4 de abril de 2014

Cerámica gallega de Sargadelos

La cerámica de Sargadelos es una famosa cerámica elaborada en Sargadelos (municipio lucense de Cervo, Galicia, España). La primera fábrica fue creada a principios del siglo XIX por Antonio Raimundo Ibáñez y que tras varias generaciones acabó cerrando en 1875. A partir de mediados del siglo XX, Sargadelos forma parte de un grupo de empresas del setor, el grupo Sargadelos -al que pertenece igualmente la cerámica de Castro-Sada- gracias al impulso del ceramista Isaac Díaz Pardo, basada en coloraciones en tonos azulados.


Antonio Raimundo Ibáñez, notable enciclopedista de familia hidalga de escasos recursos, dedicado desde muy joven a negocios de importación, introdujo inovaciones tecnológicas para sus fábricas. Asentado en Ribadeo, inició una industria siderúrgica, y en el año 1806 creó conjuntamente una manufactura de cerámica que estuvo en sus primeros tiempos dedicada a la fabricación de loza fina para vajillas con estampación e influida de la loza inglesa, en aquel tiempo muy valorada. En 1808, tras el éxito de la inauguración de la fábrica de cerámica, Carlos IV le condecoró con la Cruz de Carlos III, otorgándole los títulos de marqués de Sargadelos y conde de Orbaiceta. 

Como consecuencia de la guerra de la independencia y sus sucesos revolucionarios, Antonio Raimundo Ibáñez fue asesinado el año 1808, sucediéndole en el cargo de la fábrica su cuñado Francisco Acevedo, quien contrató para la dirección de la misma al portugués Antonio Correa de Saa.

A partir de esta nueva dirección de la fábrica produjo un tipo de cerámica decorada con filetes en rojo y azul y escudos en oro. Correa decidió en 1829 montar su propia fábrica por lo que la dirección de Sargadelos recayó en esa fecha en Hilario Marcos. Las vajillas de ese tiempo eran realizadas en blanco, sin ser posible la competencia con las piezas inglesas, deseo de su fundador. Al pasar la propiedad de la fábrica a José Ibáñez por la muerte de su padre en 1832, se formó una sociedad con el sevillano Antonio de Tapia  con el finde emprender de nuevo "la fabricación de loza fina", contratándose como director al inglés Richard, cargo que ejerció hasta 1842. Durante este tiempo murió prematuramente José Ibáñez y su viuda debió ponerse al frente ya que su hijo era menor; debido a la débil situación económica de la empresa tuvo que arrendarla en 1845.

La fábrica de cerámica pasó por cuatro etapas, cada una con sus característicasm, cerrándose definitivamente en 1875. En el último tercio del siglo XX resurgió la manufactura de cerámica en Sargadelos, ocupando edificios nuevos y respetando las ruinas antiguas como conjunto Histórico-Artístico, nombramiento que le fue dado en 1972.

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